[xyz-ips snippet=»imagenDestacada»]
Valladolid, 10 noviembre 2016.-· En el marco de la Tribuna de presentaciones de Mercartes y gracias a la colaboración de Acción Cultural Española (AC/E) esta mañana diferentes directores de festivales, empresarios y gestores culturales de los países invitados han explicado los principales ejes de sus respectivas políticas en materia de artes escénicas. Gracias al formato que facilita la Tribuna de presentación compartida, se han puesto de manifiesto las grandes diferencias que hay en modelos de gestión, incluso de países muy próximos.
- Ada Acuña, del Ministerio de Cultura de Costa Rica, y Marielos Fonseca, del Teatro Popular Melico Salazar, han presentado el proyecto del Festival Internacional de las Artes (y del Festival Nacional de las Artes), sobre el cual pivota buena parte de la producción y estrenos del país. Se trata de un festival 100% público con un presupuesto de 2 millones de euros y más de 1,5 millones de visitantes. Por su parte el teatro Melico Salazar concentra el apoyo a la nueva creación y es el espacio principal de apoyo a los nuevos autores y directores.
- Con un modelo similar, el Festival Internacional de Teatro de México (Festival Cervantino en su pasada edición por ser España el país invitado) es el pórtico de la temporada teatral del país. Cuenta su directora de programación, Marcela Díez, que con 44 años de historia, una programación que contempla varias disciplinas artísticas de calle y sala, 170 espectáculos internacionales en su pasada edición (3000 artistas invitados) y 1,5 millones de dólares de presupuesto, el festival se encarga de promover la gira posterior por el país de los espectáculos que estrena. La producción internacional se ve incrementada por un 25% impositivo en los costes, por ello en México es mucho más barato producir que comprar espectáculos de fuera.
- Sabastián Blutrach es el presidente de la asociación de teatros y empresas de artes escénicas y música de Argentina.(AADET) i el director del Teatro Picadero de Buenos Aires, una entidad con más de 100 años de historia y con más de 160 asociados, que trabaja de manera coordinada en la promoción y venta del teatro privado del país. A este productor le cuesta comprender que países como España tengan un tipo impositivo tan alto para la cultura: el teatro privado argentino no paga impuestos, pro tampoco tiene subvención. Las ayudas públicas se concentran en mantener el teatro público (el complejo porteño del San Martín, con 5 salas y una programación basada exclusivamente en la producción propia) y todo el tejido de producción y salas independientes (más de 300 en Buenos Aires). La capital tiene unas 30 salas privadas que aglutinan la mayoría de la exhibición teatral del país, puesto que hacer giras a taquilla y sin ayuda es poco rentable, sino una aventura
- Por su parte, Borja Sitjà, un gestor cultural catalán que ha sido nombrado hace pocos meses director del Theatre de l’Archipel de Perpignan, ha puesto de manifiesto que en conclusión el peso del teatro de un país, en Europa, radica en la apuesta política de los gobernantes. Francia dedica 700 millones de euros a artes escénicas, y eso es solo la aportación del gobierno central. Su tejido de teatro público se sustenta en 70 salas de la llamada Scene Nationale, equipamientos muy bien dotados de teatro, danza y música que se reparten por toda la geografía francesa y con capacidad de producción, 35 centros nacionales de teatro, 16 de danza y, en consecuencia, la posibilidad de hacer una gira potencial de más de 100 plazas. Cada uno de estos espacios costea sus producciones y tiene acceso por un precio muy favorable a los espectáculos de los otros teatros del circuito. El teatro de Perpignan, ciudad de 130.000 habitantes, cuenta con 18 millones de euros de presupuesto (de los cuales más de 3 se dedican a teatro). Otra de las políticas que favorecen la producción, exhibición y distribución del teatro es el Iva: solo se paga el 2,1% hasta la función 139; a partir de la 140, el 5,5% -muy lejos del 21% español- porque entonces ya se considera que se trata de un montaje rentable. Las condiciones en España hacen muy difícil la internacionalización.